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Concejo de Caso
Asturias

Tabayón del Mongayu

Tarna, 5 y 10/2008

JFCamina, 06/2013

 

El Tabayón del Mongayu y +

(Un guapo paseo en Primavera y otro en Otoño)

Mapas ING: 079-II "Bezanes" (1996).

Inicio y fin : Tarna, Concejo de Caso, Asturias

Objetivo: El Tabayón del Mongayu

Recorrido: Tarna (990 m.a.) - Desvio al Llanu del Toru (1100 m.a.) - Los Rebollos Llanu del Toru (1290 m.a.) - Desvio al Llanu del Toru (1100 m.a.) - Puente sobre arroyo de la Requexada (1160 m.a.) - Fuente y mesa de Arallales (1205 m.a.) - Segundo Puente (1190 m.a.) - Majada de La Campona (1150 m.a.) - Tabayón de Mongayu (1215 m.a.) - Camino de vuelta por el mismo itinerario - Tarna (990 m.a.).

Distancia: ± 12,6 Kilómetros = 7,1 Ida + 5,5 Vuelta.

Tiempos: 5,0 h. = 3,0 Ida + 2,0 Vuelta.

Desnivel: ± 650 mts. de ascensos más su correspondiente descenso.

Terreno: Pista y camín montañero.

Señalizacion: Si, PR AS-60 Ruta del Tabayón del Mongayu.

Creative Commons License


En la primavera de 2008 nos acercamos, por primera vez, a conocer el Tabayón de Mongayu, fue una excursión muy gratificante y en todo momento íbamos diciendo: - esto en otoño tiene que estar impresionante, llegó el otoño y no nos resistimos a comprobarlo, a mediados de Octubre, del mismo año, nos fuimos con Luis y Chary  para ver lo bonito que era el paraje en la estación de los colores por excelencia.

Este reportaje ha sido confeccionado con la síntesis fotográfica y de textos de anteriores reportajes recuperados de nuestro desaparecido blog y, como juego, no vamos a marcar la fecha de las fotos, o mejor dicho, si son en primavera u otoño, creo que las mismas son bien claras y evidentes, al final del mismo solo tenéis que elegir la que más os haya gustado, nosotros, después de cumplir nuestro pequeño sueño invernal lo tenemos claro, aunque, de momento, no vamos a desvelar nuestra preferencia cromática y por lo tanto estacional.

(Tarna, Concejo de Caso, Asturias, ± 0,0 K / 990 m.a. / ± 0 h.0 mts.)

Ya teníamos ganas de realizar la ruta PR. AS-60 “El Tabayón del Mongayu,  queríamos comprobar la marca de calidad que le habían puesto, ya que está declarada Monumento Natural desde el año 2003, así que el día de la festividad del 1º de mayo nos dispusimos a materializar la ansiada visita a la cascada (tabayón).

La excursión no nos llevaría mucho tiempo, por lo que no madrugamos mucho, llegamos al pueblo de Tarna en el concejo de Caso, punto de partida de la ruta, a las doce del mediodía. Había bastante gente y coches, aparcamos el vehículo en el centro del pueblo y pronto iniciamos la marcha, pues la ruta que nos ocupa arranca desde la entrada del pueblo, un monolito y un gran panel así lo anuncia.

(A la entrada del pueblo podemos ver la señalización del recorrido)

Atravesamos el puente, dejamos a un lado el cementerio del pueblo, y avanzamos por  ancho camín, el cual transcurre, en una primera parte, por una senda de hormigón flanqueada por árboles y prados, vamos ascendiendo poco a poco, sin mucho desnivel, nos encontramos varías cabañas construidas con elementos extraños al hábitat que nos encontramos, a nuestra derecha, llevamos de compañía al río Nalón, el cual acaba casi de nacer.

(Hoy tenemos un día envidiable, ¡da gusto caminar!)

(Siguiendo la amplia traza del camín y las señales del PR AS-60 hasta que...)

Tras superar una larga cuesta,  un poco después de pasar al lado de una caseta del agua, nos encontramos con una encrucijada de caminos, es aquí donde nos encontramos con un cartel indicador que nos plantea la disyuntiva de si ir al Tabayón (seguir la marcha sin desviarnos) o girar a la izquierda y nos vamos "Al Llanu del Toro", alternativa claramente ascendente, el cual nos permitirá realizar una visita a los centenarios robles, opción que tomamos ahora, pues si la dejamos para la vuelta igual...

(Desvio de la alternativa a los Robles de la Llanu'l Toru, ± 1,3 K / 1100 m.a. / ± 0 h. 30 mts. Ac.)

El camino es de cierta pendiente, ya que en poco más de un kilómetro debemos superar un desnivel de unos ±170 metros, el mismo discurre por un espléndido bosque de jóvenes fayas, donde las hojas secas, especialmente en otoño, harán las veces de mullida alfombra y las setas de colores llamativos  la salpicarán.

(¡Menuda alfombra!, aunque tenemos que tener cuidado de donde ponemos las botas no sea que...)

La senda por aquí no es tan cómoda como el kilómetro y medio anterior, además está un tanto resbaladiza, la señalización continúa pero la senda es muy débil. Llegamos a un claro del bosque el cual debemos pasar y volvemos a introducirnos en plena arboleda.

(Ahora, un poco más cuesta, la senda no es tan cómoda de andar)

(Llega un momento que salimos a un claro en el bosque, lo atravesamos y otra vez a él)

Tras caminar unos 40 minutos nos encontramos con el primero de los grande robles con su cartel  informativo y cercado, roble Albar - Quercus Petraea dice. Resulta verdaderamente espectacular, parece un gran pararrayos en medio del bosque, además rodeado de fayas.

(Rebollos Llanu'l Toru, ± 2,5 K / 1290 m.a. / ± 1 h. 10 mts. Ac.)

Tras realizar la correspondiente sesión fotográfica reiniciamos la marcha ascendente par visitar al segundo "roblón", no tardamos mucho en llegar a él. Al igual que al primero, una rústica empalizada lo protege, y no solo de los animales, pues algunas personas no se resisten a sacarse una foto sobre ellos, aunque para estas las barreras sirven de bien poco.

(Una rústica empalizada los protege)

Estamos en un sitio especial, bueno, aunque por sí mismo, por ser un bosque, ya lo es,  pero aquí, bajo estos grandes y centenarios roblones, el momento se hace mucho más... Si los grandes árboles nos cautivan, lo numerosos pequeños y coloridos detalles que lo acompañan no son para menos.

(Guapos y coloridos detalles acompañan a los grandiosos rebollos)

Con cierto pesar toca volver al camino principal, no podemos entretenernos mucho, podríamos decir que aún estamos al inicio de ruta, aunque no por eso, este interesante ramal, debamos dejar de hacerlo, realmente merece la pena. El descenso hasta la bifurcación de caminos inicial nos llevó unos 20 minutos y una vez allí reanudamos la marcha en dirección al Tabayón del Mongayu.

(Desvio de la alternativa a los Robles de la Llanu'l Toru, ± 2,9 K / 1100 m.a. / ± 1 h. 30 mts. Ac.)

Ya estamos de nuevo en la traza principal, ahora toca seguir el camino, el cual va mucho más tendido. Vamos plácidamente por un excelente bosque autóctono asturiano, donde las fayas son las principales protagonistas. Impresiona la fuerza de los colores, tanto los de la primavera como los del otoño, aunque en ocasiones se entremezclan o pinzan, la transición de las estaciones  no es matemática. La diversa gama de verdes que nos podemos encontrar contrasta con el conjunto de ocres y marrones que aún persiste del otoño e invierno pasado, otro tanto ocurre a la inversa.

(El contraste entre dos estaciones, aunque en ocasiones parece que se pinzan)

(¡Menudo paseo!,¡esto ye un lujo!)

El ruido del agua nos empieza a zumbar en los oídos, nos anticipa la llegada al regueru la Requexada, baja muy crecido, el batido del agua nos hace ver un río de espuma blanca. Es el momento de hacer una foto de grupo, además, un rustico puente de madera será un elemento más para obtener una hermosa semeya (fotografía).

(Puentín sobre el arroyo de Requexada, ± 3,8 K / 1160 m.a. / ± 1 h. 45 mts. Ac.)

(Es la hora del festival de agua, no solo de hoja vive el hombre)

Tras entretenernos dándole al clic de la cámara,  afrontamos otra larga cuesta, tras la cual nos introducimos en un precioso e impresionante bosque, el Saperu. Atrás ya hemos dejado el hormigón y caminamos por un amplio camino de tierra alfombrado por las hojas, un amplio arco de fayas y robles, ¡ye una pasada!, si al final del paseo no hubiera nada más, ¡no importaría!, hubiera merecido la pena hacer la excursión y disfrutar de este delicioso paseo por tan incomparable paraje.

(Dejamos atrás el fotofráfico regueru de La Requexada y nos adentramos en el Monte Saperu)

Llegamos a un claro del bosque, el de Las Cabaniellas, en principio no le hacemos mucho caso porque tenemos muchos detallinos guapos que contemplar y fotografiar, pero pronto vemos, entre las ramas de los árboles una gran mole montañera ubicada hacia la otra vertiente,  al otro lado del río Nalón, la espectacular estampa del Maciédome.

(Pequeños y grandes detalles que contemplar y fotografiar en el claro de Las Cabaniellas)

(El gran Maciédome, al otro lado del río Nalón)

-¡Menudo paseo guapo el que estamos realizando, iba diciendo constantemente.  Bueno, ¡igual exagero un poco!, porque en Asturias tenemos muchos bosques preciosos, pero ye que, a mí, el último siempre me parece el mejor, aunque en este caso igual no me paso mucho.

(Unos buenos ejemplos de los bosques Asturianos)

Sin darnos cuenta nos damos de bruces con una fuente y una mesa con bancos: -¿y... esto?, -¿qué fai aquí?, estamos en la fuente de Los Arellales, ha  trascurrido dos hora de camino y estamos a unos 1.205 metros de altitud, como podemos comprobar el desnivel no es mucho, sería un buen lugar para comer el bocata, un comedor de muchos tenedores en un alojamiento cinco estrellas, pero aún no es la hora, el desayuno fue tarde y  aún no apetece el bocata, además habíamos tomado un cafetín en el pueblo de Caso.

(Fuente y mesa de Arrallales, ± 4,6 K / 1205 m.a. / ± 2 h. 0 mts. Ac.)

Tras unos momentos de hidratación y relax reanudamos la cómoda marcha por el bosque, la cual parece que se vuelve un poco más abrupta pero en ningún momento perdemos la traza a seguir. Anteriormente, a nuestra derecha, cuando los claros del bosque nos lo permite, pudimos  contemplar un elemento importante en la Asturias montañera, el Macíedome, ahora, de frente nos encontraríamos con otro de similares características, el Cantu del Oso, aunque realmente no le llegamos a sacar una foto guapa porque nuestro interés estaba en lo más próximo.

(Sin lugar a dudas es un lujo disfrutar de este guapo día y además por este paraje tan especial)

Llega un momento que el camino comienza a descender hasta volver a tropezar con otro puente, el mismo atraviesa un pronunciado torrente que desciende casi en vertical, tras cruzarlo volveremos a subir un poco para en poco tiempo poder contemplar el objetivo que nos sacó de casa. Un buen lugar para tratar de agotar la memoria y batería de la cámara de fotos, ¡otro bonito rincón!, ¿cuántos van? - ¡yo que se!, dice alguien.

(Segundo puentín, ± 5,6 K / 1190 m.a. / ± 2 h. 15 mts. Ac.)

(En otoño los ocres brillan de manera especial, sobre todo si unos rayitos de luz acarician las hojas)

(Ahora ya no vamos por traza ancha, sino por camín parecido a vereda montañera)

El bosque se va clareando, a nuestra derecha, los árboles nos van dejando ver la sierra del Mongayu y la casdada (tabayón) a la que da nombre. Pero antes debemos reponer fuerzas en la pradería que hay al finalizar el bosque, estamos en La Campona, ya son cerca de las tres de la tarde y ahora parece que tenemos un poco de "gusa", así que es hora de reponer fuerzas.

(Ya tenemos fijado el objetivo en nuestras retinas)

(Aunque aún tenemos que bajar hasta la zona de la Campona)

Al llegar al pueblo observamos que había bastantes coches, ahora, en la majada de La Campona,  era el momento de ver a su ocupantes, efectivamente, aquí estaban casi todos, mayoritariamente familias con niños, todos gozando de un excelente día de primavera u otoño, unas cuantas vacas completaban el cuadro de actores. El Mongayu y su cascada, el Cuitu Negru y el Cantu del Oso eran los otros protagonistas de esta  impresionante postal.

(Majada de La Campona, ± 6,1 K / 1150 m.a. / ± 2 h. 30 mts. Ac.)

Como era hora de comer y la "gusa" hacía mella en nuestros estómagos,  decidimos hacer lo propio y sentarnos en unas piedras. Como siempre, el bocata nos supo a gloria, - ye lo mejor de las excursiones, dicen, efectivamente, tienen razón. Yo, nunca entendí una excursión sin bocata, cuando la haces, al final, parece que te faltó algo. No se como se arreglan esos que, habitualmente, llegan, tocan y vuelven, -¿no os falta algo?, si a todo esto le añadimos el especial entorno en que nos encontramos....

(La batidora de colores otoñales mientras comemos el bocata)

Casi una hora de parada para la comida y contemplación, ahora debemos afrontar el último tramo, el más angosto, comparando con el camino realizado hasta el momento, pues, ya no iremos por un amplio camino, ni tenemos puentes para cruzar el río, ahora la cosa cambia un poco, pero el trayecto es corto, solamente nos queda media hora de marcha.

Reanudamos el camino en el mismo sentido que llevábamos, es evidente, pues, la cascada y el sentido común así nos lo indica, pronto nos tropezaremos con el arroyo del Mongayu, aquí ya no tenemos un bonito puente, debemos cruzarlo saltando por encima de las piedras, procuramos pisar sobre las más seguras, con cuidado de no resbalar, a modo de premio nos encontramos con otro bonito rincón.

(Preciosa estampa del Tiatordos en primavera, tan especial como... )

Superamos la zona del regueru y no podemos dejar de echar una mirada hacia atrás y contemplar la espectacular estampa del Tiatordos, el rey de la montaña Astur, preciosa estampa en primavera y otoño, temible en invierno.  A partir de aquí, ¡todo para arriba!, el Tabayón nos espera, un cuesto camino de piedras sueltas será el piso que nos espera.

(... la del Tiatornos en otoño)

En este punto y ante la hermosa vista que se me presentaba, me ocurrió la anécdota personal del día, tenía un encuadre casi perfecto: una piedra en el camino con las dos rayas banca y amarilla, un padre que llevaba a su hija en la mochila y al fondo el Tabayón del Mongayu, ¡perfecto!

Me agacho todo lo que puedo, para ello me tiro un poco hacia atrás, apoyando todo mi cuerpo sobre la puntera del pie izquierdo, pero, de repente, pierdo pie y me veo como una tortuga panza arriba sobre una urcia, ¡que faena!, y además, me da un pequeño tirón en la pierna derecha. Yo, panza arriba, con la cámara en la mano y con el dolorcillo en la pierna, ¿que hacer?, ¡tranquilidad y a levantarse!, ya que nadie se dio cuenta y no pasó nada, no vamos a montar mucho escándalo para que todos se rían. Como era de esperar, no podía ser de otra manera, cuando les conté lo ocurrido, se troncharon de risa y me recriminaron que no pidiera auxilio, de esta manera me hubieran sacado unas cuantas fotos en postura tan graciosa que había quedado.

(La anécdota personal del día: como una tortuga panza arriba me quedé por sacar esta foto)

Tras esta rocambolesca experiencia alcanzamos la cascada, antes nos damos de bruces  con un panel informativo que nos anuncia lo que era evidente, que nos encontrábamos frente al Tabayón del Mongayu, la verdad es que allí, en mi humilde opinión, no pinta mucho, pero... ¡ye lo que hay!

(Tabayón del Mongayu, Concejo de Caso, Asturias, ± 7,1 K / 1215 m.a. / ± 3 h. 0 mts. Ac.)

(Un foto del tabayón en casi toda su dimensión vertical)

Al final llegamos, tengo que reconocer que merece la pena haber llegado hasta ella, como dice la gente, ye más guapa en persona, gana al natural, efectivamente, no vamos a caer en el error de compararla con otras conocidas por nosotros, pero, como mínimo, es igual.

Para dar fe de todo lo dicho, nos explayamos en fotos, ¡tiramos el resto!, al igual que la mayoría de casos, la ocasión lo requería, un pequeño video completará el pack multimedia del día. Nos tiramos un buen rato en el paraje, el agua caía pulverizada sobre nosotros, evidentemente, el ruido castigaba nuestro oídos con agrado por nuestra parte.

(Ampliamente satisfechos os dejamos una bonita secuencias de fotos del Tabayón del Mongayu)

Iniciamos la vuelta por el mismo recorrido, existe una opción de hacerla en redondo pero no lo intentamos, dada la belleza del camino realizado  a la ida, preferimos volver sobre nuestros pasos. Repasando tranquilamente el camino sobre el mapa, en hora y media nos plantamos en el pueblo.

(Recorrido al Llanu Toro y Tabayón Mongayu / ‘© INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA.2009’)

Ya en Tarna, tomamos un cafetín, visitamos el lavadero del pueblo e incluso aún nos dio tiempo para hacer una visita a la fuente de La Nalona. Regresamos al hogar con cierta cara de satisfacción, habíamos tenido un par de días excelentes, uno de primavera y otro de otoño, ¿qué más deseábamos?, un servidor lo tenía muy claro... ¡volver en invierno!

El blanco deseo se cumplió pero tardamos unos cuantos años en ello, un año por otro y...¡sin volver a visitar la preciosa caída de agua del Tabayón con nieve!, pero, ¡al fín!,  llegó el día. Anticipo que el resultado de esta blanca excursión estuvo a la altura de las expectativas, realmente no defraudó en ningún momento, así lo podréis comprobar en el blanco reportaje que publicamos para  tan esperada ocasión.

 

Tarna: Raquetas Tabayón Mongayu

 

Si habéis visto los dos reportajes habéis comprobado que no hemos desvelado explícitamente nuestra preferencia cromática y por lo tanto estacional, solo, como pista os comentamos que en el actual reportaje el número de fotos de una estación u otra no es equilibrado, lo que nos puede dar una pista, evidentemente… ¡por algo será!, aunque, si somos realmente sincero, en todas las ocasiones que nos hemos arrimado, hasta este especial rincón, sin lugar a dudas, disfrutamos de lo lindo así que...

 

JFCamina

 

 


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* Aviso: En estos documentos solo tratamos de narrar la experiencia personal vivida al realizar nuestros recorridos, los itinerarios que aquí describimos son orientativos. Queda a la responsabilidad de quien realice la ruta el tomar las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán muchas condiciones, entre ellas el estado del terreno, la altitud, la meteorología, etc... así como la preparación tanto técnica como física de las personas que realicen la actividad.