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Asturias |
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"Rutas por Aller", 03/2013 |
JFCamina, 03/2013 |
Raquetas Foces del Pino y Caniecha
(En busca de la "Blanca Soledad")
Mapas ING: 79-I "Felechosa" (1997) y 79-III "Cerulleda" (1997).
Inicio y fin : El Pino y Felechosa, Concejo de Aller, Asturias.
Objetivos: Foces del Pino y Majada de Caniecha, Concejo de Aller, Asturias.
Recorrido: El Pino (635 m.a.) - Fuente La Salud (640 m.a.) - Puente'l Vao (640 m.a.) - Molín de Peón (645 m.a.) - Fuente Las Gavilanzeras (870 m.a.) - El Texu (890 m.a.) - Puente entrada Foces del Pino (925 m.a.) - Puente a Peña Redonda o a Caniecha (990 m.a.) - Desvio a Caniecha (1070 m.a.) - Majada de Caniecha (1515 m.a.) - Inicio del camino de vuelta sobre nuestros pasos hasta el Molín de Peón (645 m.a.) - Enlace Felechosa-Molín de Peón (640 m.a.) - Felechosa (660 m.a.).
Distancia: ± 16,8 Kilómetros = 8,2 Ida + 8,6 Vuelta.
Tiempos: 6,0 h. = 3,5 Ida + 2,5 Vuelta.
Desnivel: ± 900 mts. de ascenso más su correspondiente descenso.
Terreno: Pista y camín montañero.
Señalizacion: Si, PR AS-31 "Ruta Foces del Pino y de Rio Aller" (El Pino - Caniecha) + PR AS-242 "Senda Verde Foyoso" (Molín de Peón - Felechosa).
Para el fin de semana que hoy nos ocupa no teníamos transporte personal, habíamos comprometido el coche al guaje y, a pesar de que las previsiones eran maravillosas, había que cumplir con la palabra dada. Si decimos verdad esta pequeña eventualidad puntual no resulta muy fastidiosa, siempre tenemos recursos para tratar de salvar el día, la utilización de transporte público es una buena solución a la cual acudimos con cierta frecuencia para nuestras andanzas. Nos acercamos a la estación de autobuses de Mieres del Camín y vemos que tenemos un bus que sube hacia Felechosa a las 10:25 horas del sábado y varias opciones de vuelta para la tarde así que...¡asunto resuelto!, nos vamos a Les Foces del Pino y Caniecha, en el nuestro concejo de Aller.
(El Pino, Concejo de Aller, Asturias, ± 0,0 K / ± 635 m.a. / 11:30 h.)
En torno a las 11:20 h., nos apeamos antes de llegar a Felechosa, pues lo hacemos en El Pino, inicio de la ruta PR AS-31 “Foces del Pino”, nos preparamos un poco y a las once y media ya estamos en marcha. Nos adentramos en el pueblo y pasamos junto a la fuente “la Xana”, vamos en dirección al río San Isidro, llegamos al puente, antes nos encontramos con el panel indicador de la ruta, unos perrinos nos salen al paso, Mary trata de seducirlos con su encanto para que nos acompañen, ellos se dejan querer pero al final no hay manera, prefieren quedarse al calor del hogar, ¡Otra vez será!
(Fuente de la Salud)
Cruzamos el río, giramos a la izquierda y por amplia traza ganadera nos adentramos en el valle del río Pino, al poco nos encontramos la “ferruñosa” Fuente de la Salud. El día está precioso, soleado y con agradable temperatura, lo que resulta, de momento, cómodo caminar. Cuando alcanzamos con la vista el texu del Molín de Peón observamos que otro puente cruza el río Pino, tiene unos indicadores que llaman nuestra atención, es la señalización del sendero que une el cercano pueblo de Felechosa con el Molín de Peón.
(Puente'l Vao, enlace PR AS-242 Felechosa - Molín de Peón, ± 0,8 K / ± 640 m.a. / 11:40 h.)
Ya en el molín vemos que un letrero nos informa que para llegar a les foces tenemos que caminar tres kilómetros, así que tras cotillear un poco cruzamos el puente y comenzamos a caminar cuesta arriba, a partir de aquí el camino no dejará de subir, este será nuestro signo durante el recorrido de ida, subir y subir, con mayor o menor desnivel pero no dejaremos de hacerlo, salvo una pequeña excepción que veremos en su momento.
(Molín de Peón, ± 0,9 K / ± 645 m.a. / 11:45 h.)
El camin sigue con muy buena traza, ancho y cómodo en andar, el mismo va paralelo al río pero manteniendo cierta distancia y altitud. A nada que dejamos atrás el Molín de Peón enfocamos los fieros y blancos contornos de las Peñas Panda y Reonda, los cuales serán nuestra referencia visual durante la primera parte de este cómodo recorrido.
(Los blancos contornos montañeros Peñas Panda y Reonda serás nuestros compeñeros)
Parece que el excelente día ha animado al personal, nos encontramos con unas chicas que avanzan en animada conversación. La buena temperatura hace que pronto tengamos que aligerar ropa, hacemos un alto en el camino para ello, momento en que una de las chicas reclama nuestra ayuda, se encuentran con una bifurcación de caminos y la orientación de la señal parece que no les ofrece mucha información. -Tirad para arriba, no hacia el río, este no os lo encontrareis hasta que lleguemos casi a Les Foces, fue nuestra indicación.
(Indicador de "Les Foces 2 Km" / Nos olvidamos del camín de la derecha, del que baja)
(Bajo la majá de Coes, inicio cuesta pindia de 40 metros en 100 metros / ± 805 m.a.)
Acabamos de colocar todo el petate y al poco alcanzamos a las chicas, creo por debajo de la majá de Coes, casi justo donde empieza una cuesta de unos cien metros y cuarenta metros de desnivel positivo, nunca se me olvida la misma, recuerdo de la primera vez que realizamos esta ruta y cuando llegamos a este punto… ¡rebelión a bordo!, nadie se lo esperaba. Ahora, a nosotros, ya no nos parece tan pindio, además tras superarlo tienes el premio de la fuente de Las Gavilanzeras, donde Mary no se resiste a echar un trago de fresca agua.
(Fin cuesta pindia de 40 metros en 100 metros / ± 845 m.a.)
(Fuente Las Gavilanzeras, ± 2,7 K / ± 870 m.a. / 12:35 h.)
A doscientos metros del húmedo regalito nos encontramos con otros pero este de carácter visual, en forma de precioso Texu, la verdad que nos encanta ver lo guapo que está, es uno de los guapos detalles del día, aunque abajo ya tuvimos ocasión de contemplar otro, aunque el río nos distrae un poco para prestarle toda la atención que este mitológico árbol se merece en exclusividad. ¡Ah!, también aquí hay otro letrero indicador de la distancia que aún queda para alcanzar Les Foces, en este caso solo un kilómetro, ya queda muy poco.
(El Texu, ± 2,9 K / ± 890 m.a. / 12:40 h. / Indicador de "Les Foces 1 Km")
Seguimos subiendo ya mas tendidamente y al poco enfocamos las peñas que forman les Foces del Pino, según el nuestro mapa, La peña Panda a la derecha y la de Pandos a la izquierda, por el medio pasaremos nosotros, aunque aún queda un poco, y nos tendremos que recrear viendo como baja el río metiendo ruido, ahora lo volvemos a tener cerca, casi como al inicio de ruta.
(Ya tenemos Les Foces a la vista, las dos peñas que forman la foz casi se tocan)
(Ahora vemos el río más cerca, baja metiendo ruido con gracia)
Al comienzo de ruta comentamos que era todo subir salvo una excepción, esta ya ha llegado la tenemos aquí, es el punto donde ya muy cerca de la foz, tenemos que bajar a coger el puente que cruza el río y nos adentramos en Les Foces del Pino por su calzada empedrada a su derecha, aunque esto último hoy no lo observaremos mucho, la blanca nieve cubre casi en su totalidad las cuidadas piedras de la calzada.
(Ahora, tras casi tres kilómetros subiendo, toca bajar un poco en busca del río Pino)
(Puente de entrada a Les Foces, ± 3,9 K / ± 925 m.a. / 13:00 h.)
Hasta ahora el río, aunque sonoramente, siempre lo hemos tenido como compañero de marcha, pero en este tramo se nos muestra muy cercano, caminamos pegaditos a él, en toda su dimensión y belleza, su fuerte bullir impide que nos entendamos en nuestro “charrar”, así que me costó entender lo que Mary mi indicaba al señalarme hacia arriba, hacia las numerosos rastros que habían dejado los rebecos en la nieve al bajar a beber.
(Hoy el empedrado de la antigua calzada está cubierto por el blanco manto)
(Detalle de los numerosos rastros de los animales que bajan a beber al río)
Una de mis mayores sorpresas fue no encontrarme con la famosa “porticha” de Les Foces, ya no ocupaba su tradicional ubicación y sus restos estaban por allí desvencijados, una pena, siempre nos causaba una sensación muy especial el abrirla, con el sumo cuidado de no romperla, era como abrir la puerta “al paraíso”, hoy este rito ya no se cumpliría.
(Ahora, la "portiecha al paraiso" parece que ya no será necesario abrirla, ¡qué pena!)
(El río se muestra muy cercano, en toda su dimensión y belleza, su fuerte bullir es un regalo)
(Estamos en un lugar muy especial, ideal para los amantes de la naturaleza y la fotografía)
Por el estrechón por el cual vamos caminando, como es natural en unes Foces, como ya hemos visto antes de entrar en ellas, está flanqueado por grandes y verticales farallones rocosos, que en este caso se vuelven un poco más peligrosos por la nieve que puede arrastras a través de sus canalizos o toboganes, así que no es raro encontrarse con pequeños aludes en mitad de la calzada.
(A pesar de los potenciales peligros seguimos nuestro avance)
(Siempre intentamos sacar le mejor instantánea, aunque hoy no es precisamente el mejor día)
Muestra de la importancia de este antiguo vial se ve reflejada en la magnífica construcción del puente de piedra que aún perdura en mitad de Les Foces , el cual nos permite cambiar de lado del río Pino, precisamente donde la calzada se torna mucho más cuesta y un tanto más peligrosa, pues el hielo se deja ver y esto siempre plantea problemas de estabilidad. Por el contrario el río, si cabe, gana en belleza, el agua se precipita en vertical fuerza y el ruido se hace ensordecedor.
(Puente de magnífica costrucción que nos permite cambiar de lado del río)
(En la parte alta de Les Foces el agua se precipita con sonora fuerza)
(Son numerosos los húmedos y sonoros detalles que el río nos va regalando)
(Uno tras otro, hasta consumir el tramo de Les Foces del Pino)
Son numerosos los húmedos y sonoros detalles que el río nos va regalando, uno tras otro hasta consumir casi el medio kilómetro de recorrido de las preciosas Foces del Pino, un Monumento Natural al que con frecuencia nos acercamos. A la salida de la foz nos espera un blanco puentín, El Posaoriu, encrucijada de caminos, muestra de ello el indicador que nos ofrece un par de alternativas, vemos: A nuestra derecha, cruzando el blanco puentín, tenemos la impresionante subida a Peña Reonda, nosotros, modestos caminantes, hoy nos conformamos con tomar el camín de la izquierda, el que nos lleva a Caniecha (Caniel.la), aunque también al Collau Pandos y bajar a Cuevas.
(El Pasaoriu, fin de Les Foces, ± 4,2 K / ± 990 m.a. / 13:30 h. / A Peña Reonda o Caniecha)
(Tras nuestro dejamos el blanco puentín de El Posaoriu y nos vamos hacia Caniecha)
Como estaba previsto, no cruzamos el blanco puentín de El Posaoru y, en pindia y zig-zageante subida ponemos rumbo a Caniecha, esta rápida ascensión nos permite obtener unas impresionantes panorámicas de la espectacular pareja que hay tras la vertiente Sur de Les Foces del Pino, realmente impresiona, especial en un día tan claro como el de hoy, el blanco destaca con gracia sobre el cielo azul, los negros contornos de los cierres de los prados y de las montañas realza los contornos montañeros con fuerza, realmente todo un espectáculo, si pensábamos que cuando entrábamos por Les Foces lo hacíamos “al paraíso” ahora….
(El blanco, los negros contornos de los praos o montañas, destacan con fuerza sobre el cielo azul)
Son varios los detalles o prominencias montañeras a destacar, Las Campas, Las Pandas, peña Reonda, El Fondil, zona del Palmían y peña Caniecha, peña Melera y Los Pandos, realmente un pequeño mundo donde “perderse” y olvidarse del mundanal ruido urbano, solo quedarnos con el bullir de los diversos regueros que nos vamos a encontrar, los que forman las distintas riegas que estamos contemplando.
(Salida de Les Foces: Les Campes y el Fondil, peña Las Pandas y Reonda, más Palmian y Caniecha)
(Hoy no subiremos hacia el collau de Pandos, sino giraremos a la derecha hacia Caniecha)
Ascendiendo, pero anestesiados por el blanco paraje montañero en el que nos encontramos, hemos superado los mil metros de altitud, ahora el terreno realiza un pequeño descanso, justo el necesario para establecer otra encrucijada de caminos: a la izquierda a los Collaos de Los Pandos y a la derecha Caniecha. En el primer paraje ya hemos estado en dos ocasiones, una “en seco” y otra “con nieve”, en Caniecha solo una vez en un precioso día de verano, así que es hora de verlo totalmente cubierto de nieve, así que seguimos el poste que nos indica que hacia ella vamos. Hablamos de la señalización del recorrido propuesto en el panel que había antes de cruzar el río San Isidro en el pueblo que hemos partido, del PR AS-31 “Foces de El Pino – Foces del ríu Aller”, es decir del pueblo de El Pino al de Ruayer, de río a río.
(Desvio a la derecha hacia Caniecha, ± 4,7 K / ± 1070 m.a. / 13:50 h.)
Tras el giro a la derecha perdemos un poco de cota, nos adentramos por una zona un tanto húmeda, no en vano es encrucijada de varios regueros: el Pedroso, a la izquierda y el de Valmartín o Caniecha que es por el que nosotros nos adentraremos en este precioso paseo que hoy queremos culminar, es ahora donde empieza, realmente, la segunda parte de nuestra blanca excursión.
(Adentrandonos en el blanca riega hacia la majá de Caniecha-Caniel.la)
Una guapa cabaña, con sus consabidos fresnos desnudos, nos da la entra a la blanca riega de Caniecha, a partir de aquí la cota de nieve ya empieza a ser considerable, lo que siempre es un placer cuando realizas una actividad de raquetas, realmente es lo que esperas, aunque en este caso la nieve está excesivamente esponjosa, hundes mucho la raqueta. En principio el camino a seguir está claro, pero según vamos ascendiendo la nieve lo cubre todo, menos mal que otros compañeros “raqueteros” han madrugado más que nosotros y nos han dejado una huella muy clara, a la vez que profunda, esto siempre facilita mucho el avance.
(El terreno se vuelve más pindio, aunque la huella que llevamos delante facilita nuestro avance)
Al tener la traza a seguir abierta nos permite relajarnos más, no tenemos que pensar por donde debemos seguir en caso de duda, la cual siempre surge cuando la nieve lo cubre todo. Nos quita el encanto de pisar “nieve virgen” pero está claro que no lo podemos tener todo, ahora nuestra única preocupación es observar las laderas por las que vamos transitando, esperando que la nieve no se haya acumulado mucho y venga algún pequeño alud que otro, peligro al cual siempre estamos expuesto en este tipo de actividades.
(Por la pindia y blanca ladera, atrás dejamos la puerta Sur de Les Foces)
(Un pequeño alud de nieve, uno de los peligros de este tipo de actividades raqueteras)
Realmente no sabemos si vamos siguiendo el camín, por los vagos recuerdos que tenemos de la vez que por aquí subimos en verano, creemos que no, aunque tampoco existe mucho margen de error, la capacidad de escorarse a un lado y otro es muy escaso, vamos por el medio de la riega que horada el arroyo de Caniecha.
(Realmente no sabemos si vamos por el camín marcado, la nieve lo cubre todo)
(Ahora la traza se abre un poco, menos mal que las picachas ya no se ven tan encima de nosotros)
Tras superar la parte más pendiente, además de la más pegada a la blanca ladera de Peña Negra, el terreno parece que se suaviza un poco y nos adentramos por una zona de bosque, ahora vamos más tranquilos y relajados, lo que nos permite disfrutar más este blanco momento.
(Los árboles del bosque nos dán cierta tranquilidad y confianza)
(Además parece que ya vemos la luz, bueno, digamos el objetivo)
Las dudas de si íbamos sobre el camino señalizado o el improvisado por la blanca circunstancia se disiparan al encontrar una franja amarilla y blanca sobre unos de los árboles autóctonos que nos acompañan y protegen. No es que tuviéramos miedo a ir mal orientados, era mera curiosidad, como anteriormente mencione, no hay mucho margen de maniobra, todo es riega para arriba.
(¡Una señal!)
Ya son las dos y media de la tarde, vamos ya muy ligeritos de ropa, hace calor y además comenzamos a notar el esfuerzo de tener que levantar tanto la raqueta. Nos empieza a parecer que el objetivo está un tanto lejos, no pensábamos que tanto, es cuando Mary dice eso de: -¡A las tres comemos el bocata!, asiento con la cabeza pero sin mucha convicción, mi idea es comer al lado de una de las cabañas de la majá de Caniecha. Estábamos en estas cuando vemos bajar a una pareja en raquetas, posiblemente los que nos abrieron huella, coinciden con nosotros que se hace un tanto “eterna” la subida, pero que ya queda poco.
(Parece que ya queda poco, aunque....)
(... ¡aún falta!)
Un poco más arriba nos encontramos con otros dos compañeros que descienden, estos van sin raquetas, lo que nos recuerda lo mal que lo pasábamos cuando nosotros realizábamos lo mismo años atrás, la verdad que era un trabajo agotador y no exento de peligros, en constante, “mete-saca la pata”, sobre todo cuando la nieve está tan esponjosa como la de hoy.
(Un poco miramos hacia adelante, hacia la meta, y otro poco hacia atrás, al Cuchu y Cía.)
Además de mirar hacia adelante o hacia atrás, también comprobamos cada poco la distancia que falta sobre el mapa, el GPS marca nuestra posición. Ya son las tres de la tarde, el tiempo límite que Mary había dicho, -¡Un poco más, ya queda poco!, le decía. Lo de…”ya queda poco” parecía que era más un deseo que una realidad, la verdad que se nos hacía bastante largo. El terreno se abría cada vez más, ya no era muy cuesto, pero parecía una larguísima recta de final de meta, es decir… ¡interminable!
(¡Menuda recta final!)
¡Al fín!, media hora después de la hora marcada por Mary para comer el bocata avistamos las blancos teyaos de las cabanas de Caniecha, porque realmente no veía mucho más, casi todos sus muros estaban tapados por una espesa cota de nieve, realmente era especialmente bello. A pesar del esfuerzo realizado, ¿o estábamos algo flojos?, sea como fuera, había merecido la pena haber llegado hasta aquí.
(Majada de Caniecha - Caniel.la, ± 8,2 K / ± 1515 m.a. / 15:45 - 16:30 h.)
Como había dicho un par de días atrás en el Prau Chagüezos, por tierras de Quirós, son contadas las ocasiones donde nos encontramos perdidos en una tenue franja bicolor, donde la tiranía del blanco, ayudada por alguna nubecilla gris, se funde sobre el suave azul cielo. Es aquí, en el más absoluto silencio bicolor, donde mejor percibimos la… “Blanca Soledad” , la habíamos encontrado en dos ocasiones en la misma semana, en Chagüezos (L.lagüezos) y aquí, en Caniecha (Caniel.la), sin lugar a dudas un privilegio que así sea.
A la sombra, ¡qué ironía!, del frontal de una de las cabañas, el resto de muros ocultos por la nieve, comemos el bocata, nos damos un poco de prisa, pues ya es un poco tarde y aún tenemos que hacer el muñeco de nieve de Mary, así que mientras me zampo las nutritivas viandas, ya tenía ganas, saco la cámara y tomo alguna fotuca más con las raquetas, en claro contraste, sobre la nieve.
(A la sombra del frontal de una cabaña reponemos fuerzas y sacamos alguna fotuca más)
(Después del momento nutritivo toca hacer el muñeco de nieve de Mary)
(Es hora de dejar solo a "Caniechín con la blanca Soledad de Caniecha)
A las cuatro y media de la tarde toca iniciar el retorno, no hay tiempo para más, un servidor quería subir un poco más, asomarme hasta el collau de Caniecha, ver con mayor perspectiva las altas cumbres del puerto de Vegará. Por parte de Mary, hace unas semana había planteado subir hasta La Cabritera, la gran pala blanca que teníamos frente a la cabaña, pero está claro que esta experiencia tendrá que ser para otra ocasión, donde madruguemos más. También podríamos seguir las huellas y tratar de bajar hacia el valle de Les Foces del Rio Aller, al pueblo de Ruayer, pero eso sería aún más largo, así que....
El descenso no planteo muchos problemas, aunque teníamos ocho kilómetros por delante, así que no había que relajarse mucho, a pesar de ello el tiempo de la bajada fue de una hora menos que el del ascenso, pensándolo bien, no mucho, supongo que los guapos detalles luminosos que el sol de poniente proyectaba sobre las altas y blancas peñas tenían algo de culpa.
(La proyección de los rayos del sol de poniente sobre las altas cumbres nos dejaron guapos detalles)
Ya comentamos que al subir la luz no era la más apropiada para sacar fotos del líquido elemento bullendo por Les Foces, así que me había reservado un cuartillo de hora para realizar un intento más a la vuelta. Siendo sinceros, una vez visto el resultado en casa, creo que tendré que volver en otra ocasión, aún no saqué la foto que mis retinas perciben en tiempo real.
(Foces del Pino, ± 11,6 K / ± 950 m.a. / 17:40 h.)
Como esto de las fotografías a veces no refleja lo que uno espera, y en previsión de que esto volviera a pasar, tomé la decisión de apretar el botón rojo de mi cámara, el que pone en marcha el video de mi cámara, el de la fotografía en movimiento. Creo que ha quedado mucho más real que las fotos, además, ante la espectacular panorámica que nos encontramos a la salida Sur de Les Foces continué grabando un poco más hasta la Blanca Soledad de Caniecha.
(Si tienes problemas para visualizar el video pinchar en el siguiente link: Video Foces del Pino y Caniecha)
El resto del camino de regreso no tiene más historia que deshacer el camino andado por la mañana, aunque con un poco de nieve menos, en verdad que el calor del día se había resentido en la cota de nieve. Al subir observamos que antes de llegar al Molín de Peón había un puente que cruzaba el río Pinos – Valmartín y nos llevaría hasta Felechosa, hablamos del puente’l Vao y el sencillo, además de guapo y cómodo, recorrido por la Senda Verde Foyoso (PR-AS 242). A nosotros, esta pequeña variación, nos venía muy bien porque teníamos que coger el bus de regreso al hogar y aún teníamos tiempo de sobra, así que aprovechamos para ampliar nuestros conocimientos andariegos por el nuestro concejo.
(Puente'l Vao, enlace con PR AS-242 Molín de Peón - Fechosa, ± 15,5 K / ± 640 m.a. / 19:15 h.)
El trayecto a Felechosa resultó muy cómodo, el mismo va paralelo al río San Isidro o Braña, aunque un poco por encima de él, atravesando un guapo bosque autóctono el que da nombre a la ruta, el Foyoso. Un buen momento para repasar el dibujo que nuestro GPS ha dibujado sobre el mapa del Instituto Geográfico Nacional, realmente muy útil para estudiar futuras andanzas y realizar una retrospectiva de los realizado, como es el caso que ahora nos ocupa.
(Nuestro recorrido a Les Foces y Caniecha / ‘© INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA.2009’)
Ya con las luces encendidas en el pueblo de Felechosa bajamos hacia el río San Isidro o Braña y volvemos a cruzar otro puente, el que nos dará la entrada directamente en el centro de urbano. Ahora solo quedaba hacer un poco de tiempo hasta que llegara nuestro transporte público, sobre las 20:45, pues es sábado, y para eso nada mejor que arrimarnos a tomar un chocolate con casadielles a la cafetería donde siempre paramos, que para eso somos “animales” de buenas costumbres.
(Felechosa, ± 16,8 K / ± 660 m.a. / 19:30 h.)
Mientras plácidamente y sabrosamente esperamos el regreso al hogar, por un momento, pensábamos que estábamos de vacaciones en nuestra querida Galicia, mayoritariamente todas las conversaciones que nos rodeaban tenín acento Gallego, el blanco deporte parece que tira mucho a nuestros primos-hermanos, lo cual nos orgullece, además de sentirnos doblemente en casa.
A la hora prevista llegó el transporte, llegando a casa a una hora muy prudencial, diez de la noche, aunque esto realmente importa bien poco, lo verdaderamente a tener en cuenta es el excelente día que pasamos por las tierras blancas de nuestro querido concejo, además sin necesidad de tener que utilizar nuestro coche particular, motivo por el que, a pesar de que nos movamos mucho con él, no debemos olvidarnos de la necesidad de tener un buen transporte público y...¡utilizarlo!
JFCamina
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* Aviso: En estos documentos solo tratamos de narrar la experiencia personal vivida al realizar nuestros recorridos, los itinerarios que aquí describimos son orientativos. Queda a la responsabilidad de quien realice la ruta el tomar las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán muchas condiciones, entre ellas el estado del terreno, la altitud, la meteorología, etc... así como la preparación tanto técnica como física de las personas que realicen la actividad.