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León

Pico Yordas o Burin

Liegos, 05/2011

JFCamina, 08/2011

 

Pico Yordas o Burín

(Desde Liegos)

Mapas ING: 85-III "Burón" y 105-I "Lois"

Inicio y fin : Liegos, Ayto, Acebedo, León.

Recorrido: Liegos (1130 m.a.) - Camino de San Pelayo - Los Portales (1200 m.a) - Entrada en el bosque de Tendeña (1220 m.a.) - Fuente La Tejal (1472 m.a.) - Collau Baguyoso (1750 m.a.) - Pico Yordas o Burín ( 1964 m.a.) - Regreso sobre nuestros propios pasos a Liegos.

Distancia: ± 21,0 Kilómetros = 10,5 x 2

Tiempos: 6,8 horas = 3 h 50' + 3 h 00'.

Desnivel: 850 mts. de ascensos más su correspondiente descenso.

Terreno: Pista terrera y vereda montañera.

Señalizacion: Si, primero la pista del PR LE-32 "Liegos - Acebo" y después jitos y marcas.

 

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Para nosotros la historia del Yordas llegó después de subir a Peña Castil, la pareja de amigos que nos acompañó, al día siguiente, se fueron de marcha por tierras de Valdeón, en la vecina León, y volvieron para Asturias por el puerto de Tarna, una vuelta muy interesante. Al reponer fuerzas en Riaño, Luis se dio cuenta de la foto que podía sacar, Riaño y sus montañas, buscó el mejor lugar para encuadre perfecto y lo encontró en el camping, semanas más tarde nos enseñaba la foto con orgullo, como un trofeo, ¡Si señor, era muy buena! Esta excelente foto despertó en nosotros la curiosidad de conocer la identidad de los picos que en ella figuran, el Yordas nos parecía el más accesible de todos, por lo que, en la Semana Santa 2008, intentamos subir él, por primera vez, cosechando una gran decepción, al no poder llegar más que a tomar un cafetín en el chigre del pueblo de Liegos, la niebla y la nieve nos hizo desistir. Como consolación, al día siguiente, nos fuimos al camping para tomar la semeya que hasta él nos llevó, semejante a la realizada por nuestro querido amigo, una preciosa postal, la que encabeza este reportaje, con el nuevo Riaño y las impresionantes cumbres del Gilbo (1.675 m.a.), Peñas Pintas (1.988 m.a.) y el Yordas (1.964 m.a.), el más a la derecha, además, como valor añadido, de la nieve.

(Liegos, Ayto. Acebedo, León, ± 0,0 K / 1130 m.a. / 10:50 h.)

La espina estaba pero el 8/06/2008 intentamos sacarla, después de “soportar” un lluvioso mes de mayo, nos lanzamos como locos a por él, ¡lo conseguimos!, fue una jornada de menos a más, empezamos con un tiempo que nos hizo pensar que lo tendríamos que dejar y acabamos con un precioso día, tan buen sabor de boca nos dejó la citada marcha que tres años después, en Mayo del 2011,volvimos a él.

Sobre el pico, en cuestión, parece que existe una rivalidad local con respecto al nombre del mismo, parece que, los de Burón, a su cara, la Norte, le llaman Burin y los de Riaño, a la suya, la Sur, el Yordas. La verdad es que yo lo conocía por el Pico Yordas, después, documentándome y hablando con la gente, me enteré de la disputa.

Discusiones a parte, el mismo siempre ha sido testigo de excepción de pasajes de nuestra amplia historia, por ejemplo, los Astures y Cantabros se enfrentaron a los Romanos bajo su presencia, otro tanto de lo mismo contra los Árabes y otras escaramuzas más según cuentan los historiadores, aquí encaja, como anillo al dedo, aquello de “Si las piedras habaran….”

 

(El picu Yordas desde Liegos, desde aquí es conocido por Burín)

Ya en el pueblo de Liegos (1.140 m.a.) lo cruzarmos a través de su calle principal, en dirección sur, a la derecha dejamos la hermosa Iglesia de la Virgen de la Asunción, para al final tomar una pista que nos lleva a Lois o Acebedo, llamada camino de San Pelayo, que toma el nombre del mismo valle, y así poder acceder hasta el paraje donde se inicia la ascensión, propiamente dicha, serán unos 5 kilómetros o una hora de caminar casi llano, entre un impresionante pradería llena de ganado vacuno y caballar, el color verde rabioso y amarillo de las flores de las urcias decorarán este bonito paseo que nos servirá calentar el cuerpo antes de iniciar la ascensión.

(Camino de San Pelayo, PR LE-32 "Liegos - Acebedo")

(El camino está lleno de “florecillas” de múltiples formas y colores)

En este primer tramo uno pierde hasta cota, hasta 20 metros de altitud, un tema que no siempre gusta ya que después la tenemos que recuperar. También nos encontramos con una desviación a la izquierda, la cual dicen que sirve para hacer la ascensión en circular, aunque esto está un poco más complicado, nosotros igual lo intentamos y aparecemos por ella a la vuelta.

(Paso canadiense para frenar un poco la cantidad de ganado de la zona)

(Las verdes praderías a la sombra del Yordas o Burín)

Llegamos a la gran cuadra, Los Portales, que debemos tomar como referencia, ya que a unos 500 metros más arriba nos encontramos, a lado izquierdo de la pista, con un muñón, el cual tiene labrada una cruz, caminamos unos poco metros y nos encontraremos un puente sobre el arroyo Valverga, aquí abandonamos la pista y lo cruzamos. Es hora de abandonar las balizas del camino de San Pelayo, ahora los jitos serán nuestros compañeros de viaje, estamos en la pradera de Los Sotos, observamos una valla y la portilla por la que podemos pasar.

(Los Portales - Valvega, ± 4,5 K / 1200 m.a. / 12:05 h.)

(Esta cruz de piedra es una magnífica referencia, el desvío está muy cerca)

(Cruz de Piedra y portilla entrada al bosque de Tendeña, ± 5,4 K / 1220 m.a. / 12:20 - 12:30 h.)

El Yordas está vallado, con el fin de controlar los movimientos de las Cabras Hispánicas, animal que fue reintroducido en la zona no hace mucho y habitan especialmente en el valle de Anciles, debemos tener la precaución de cerrar la portilla.

(Reponemos fuerzas y cruzamos la metálica portilla)

Iniciamos la marcha por otra pista, aunque ésta es más cuesta y con una base de grava gruesa y suelta, nos adentramos por el bosque de Tendeña, serán unos dos kilómetros. Este está formado mayormente por fayas y algún Texu, de las primeras llama especialmente nuestra atención la altura de las mismas, son unas fayas muy altas y finas, nada que ver con las gruesas y chaparretas de las que nosotros estamos acostumbrados a observar por Asturias.

(Ahora tenemos dos kilómetros al fuerte subida al cobijo de los árboles)

(De vez en cuando el bosque nos deja ver las calizas cercanas)

El transitar por la pista, aunque empinado, es cómodo, muy apto para la contemplación y la fotografía, el color grisaceo de la corteza de los árboles resalta con fuerza sobre el verdor de las hojas y el musgo. Vemos al frescor de tan tupida floresta, además el sol no calienta mucho, por lo que la utilización de la fría agua de la fuente La Tejal nos es de poca utilidad, pero está bien hidratarse un poco y saber que allí está, nunca se sabe.

(Fuente La Tejal, ± 7,0 K / 1472 m.a. / 13:10 h.)

Dejamos atrás la fuente y seguimos por la pista, a poco cientos de metros nos encontramos con un cartel que nos indica la vereda a seguir para ir al objetivo del día, a la izquierda, por lo que tenemos que abandonar la pista. Desde la portilla hemos recorrido unos dos kilómetros y empleado unos 40 minutos, a partir de aquí la cosa se vuelve más abrupta y las vistas resultan cada vez más interesantes.

(Desvio al Yordás o Burín, ± 7,3 K / 1490 m.a. / 13:15 h.)

(El bosque continua y la belleza del mismo aumenta)

Ahora vamos por una vereda montañera muy pisada y jalonada de las marcas amarillas y jitos, seguimos por el bosque, el cual aumenta de belleza, ya que muchos árboles tienen lo que conocemos por "barbas de San Jorge", dicen que es un sintoma de pureza ambiental.

En medio de la preciosa floresta nos encontramos un claro el cual está ocupado por un murallon calizo, la vereda está obstruida por un derrumbe de rocas, alguna de las cuales se utilizan para hacer un jito orientativo del camino a seguir, el cual cada vez se pone más cuesto.

(Murallón calizo, 1510 m.a.)

A medida que vamos cogiendo altitud y nos acercamos a la caliza el bosque va perdiendo profundidad, se va haciendo ralo, cada vez vemos más de las guapas montañas que llevamos de compañeras, especialmente por el lado izquierdo, no nos queda mucho para salirnos de él definitivamente.

(El bosque va perdiendo profundidad)

(Un grandioso jitu nos marca la dirección al pico del día, el cual ya tenemos a la vista)

Aunque parece que las guapas fayas no quieren dejarnos, tras enseñarnos un poco del objetivo del día, volvemos a ser tapados por ellas, ya no son tan altas pero el transitar por bajo ellas es un verdadero placer, además el sol ya empieza a calentar un poco por que se agradece su cobijo.

(Otra vez bajo la floresta)

(Una ventana en el bosque nos permite ver parte del recorrido realizado inicialmente)

Entre los árboles aparece una guapa ventana que nos permite ver una parte del trayecto del camino de San Pelayo y la cola del embalse de Riaño, la zona que topeta con el nuevo pueblo de Burón. Ya no queda poco para divisar la caliza sin tapujo arbóreos, otra preciosa transición bosquosa y nos plantamos en una hermosa collada desde la cual podemos observar el objetivo, el Yordas, pero otro picacho, se antepone visualmente ante él.

(Después de atravesar un bosque de fayas y texos la senda está libre de arboleda)

Un precioso jito, aderezado con marcas amarillas, nos vuelve a indicar la dirección a seguir, Alfonso está encantado con esta ruta, dice que nunca transitó por una tan bien señalizada como esta. Nosotros, por la anterior experiencia sabíamos de la gran cantidad de jitos que había pero no de las marcas adiccionales de pintura, unas mucho y otras nada, nos pasamos o nos quedamos, no hay termino medio, aunque a él esto no le importa mucho, prefiere es exceso.

Nos adentramos en una guapa zona de predería salteada de rocas calizas, la senda a seguir se ve clara sobre la tupida alfombra verde, no paramos de subir, aunque a veces perdemos un poco de cota por las diverdas vagúadas que tenemos que superar.

(Lateralmente vemos el pueblo del cual hemos partido y parte del camino pateado)

A nuestra derecha llevamos por compañera una guapa peña, tiene muy buena pinta, aunque lo que más nos interesa en ella son la media docena de rebecos que están pastando en los claros que salpican la gris caliza, nos paramos a contemplarlos un buen rato, aunque es un acontecimiento muy habitual no nos cansamos de admitar estos pequeños detalles que la naturaleza nos ofrece.

Ascendemos hasta casi los 1.700 m. a. por una serie de canales amplias y herbosas, la primera una muy abierta y después otra más estrecha, al final de esta última vemos unos jitos que nos indican que debemos abandonar la hierba y pasar a la caliza, además tiene una indicación extra, una flacha realizada con piedras, parece imposible no verla pero las dos personas que iban delante ni se dieron cuenta de este original detalle.

(Alfonso y Manolo en animada conversación no se percataran de la petrea flecha)

(A nuestra derecha la peñasca de los rebequinos)

Ahora solo nos queda transitar por vereda caliza muy marcada y pateada, subir y subir, apenas algún descansillo que otro, aunque en este largo montañero aún no alcanzaremos la cumbre, la cual aún no vemos, solo llegaremos hasta el Collau Baguyoso donde ante nosotros aparecerá la parte sur del embalse de Riaño y el último largo de ascenso, el que nos llevará a la cima del pico Yordas o Burín.

(Ahora solo por vereda caliza muy pateada)

(Con algún descansillo para contemplar las guapas calizas de la zona)

(Collau Baguyoso, ± 9,4 K / 1750 m.a. / 14:10 h.)

(Angel y Mary llegando al collau Baguyoso)

Nos queda media hora de cansina ascensión, menos mal que las fotos nos ayudan a realizarla más cómodamente. Si el recorrido de aproximación a la base de la cumbre en su mayor parte lo realizamos con las vistas hacia el Norte, a partir de aquí y hasta la cumbre las vistas hacia el Sur serán nuestras compañeras.

Pasito a pasito vamos superando los últimos peldaños calizos, las liebres del grupo van delante ya va un rato, en cuando ven el final se animan y comienza a dar caña, el resto seguimos haciendo piña en nuestro transitar, nos paramos cada poco para contemplar con tranquilidad las nuevas panorámicas esta vertiene nos estába ofreciendo, no solo del embalse, sino de los preciosos picos que desde aquí observamos, especialmente uno que parece que asoma muy en la lejanía, el santo y seña de la montaña palentina, El Espigüete.

(Parece que El Espigüete empieza a enseñar su impresionante estampa)

(A nuestras espaldas dejamos un precioso conjunto montañero de primera)

Parece que llegamos pero esto no es así, nos queda otro descansillo, ¡qué faena!, ya no nos acordábamos de esta circunstacia, tenemos ganas de llegar, por la cumbre vemos unas feas nubes que nos hacen pensar en lo peor, no nos gustan nada, así que nos damos un poco de prisa, además Angel y Manolo ya nos hacen señas desde la cima.

(Parece que llegamos pero esto no es así, nos queda otro descansillo)

¡Al fín! llegamos a la cumbre en la cual lo primero que nos llama nuestra atención es que ver que acaba de aparecer un montañero por la cara norte y tras él se incorpora una montañera, digo se incorpora porque parece que viene gateando, quiero decir trepando. Esto último nos descoloca un poco, no tanto como ver que no podemos contemplar nada de nada, la nube nos estaba cubriendo totalmente y para más desgracia hace una buena rasca, rápidamente sacamos nuestra ropa de abrigo, incluido los guantes, ¡qué faena!

(Pico Yordas o Burín, ± 10,5 K / 1964 m.a. / 14:40 - 15:30 h.)

Mientras Mary trata de excudriñar algo entre las nubes el resto hablamos con la pareja que surgió de las paredes norteñas del Yordas o Burín, parece que, cansados de la pista, cogieron el primer desvio y cuando vieron que seguirlo no les convencía muchos decidieron tirár pared arriba, así entendmos el porque de pillarlos incorporandose, ¡que pasada!. Nos preguntaron por el camino que habíamos seguido y su estado, les gustó lo que les contamos así que lo tomarían para la bajada, ya que no tenían ganas de volver por donde subieron, ¡no nos extraña nada!

(Mary excudriñando entre la niebla la zona de donde veníamos)

Aclarado el tema de las nuevas incorporaciones y de abrigados un poco, lamentamos que el día no se hubiera mantenido, aunque Manolo insistía que hace unos minutos todo estaba despejado, razón tenía, por que la niebla entraba y salía a su gusto, en algúno de los claros caprichoso pudimos ver algún detalle, vemos:

• Al Norte, a nuestros pies, Burón y Liegos, este último es el pueblo de donde salimos, podemos observar con toda nitidez el Camino de San Pelayo, de los Picos de Europa... ¡qué más quisieramos!

• Al Sur-Este, desde el pueblo de Riaño hasta Peñas Pintas, nos encontramos con el embalse de Riaño en todo su esplendor, el color de agua es, casi, indescriptible, parece que estamos en una serie de calas caribeñas, el mismo aún le falta un poco para estar lleno. Como guinda montañera tenemos al Espigüente, todo un detalle que se nos deje ver, me hubiera ido muy cabreado si esto no fuera así, un servidor les había prometido una bella estampa de su singular figura.

(Del Espigüete a las que parecen unas playas caribeñas en el embalse de Riaño)

Del NorOeste nos volvidamos, las vistas al Mampodre, Peña Ten o de los Picos de Europa, nada de nada, así que nos tenemos que conformar con sacar las diversas fotos de grupo con la gran mole del Espiguete tras nuestro y en compañía de la pequeña cruz metálica, en la cual observamos restos de la rivalidad local, en la placa del buzón, el nombre de Yordas está rayado con el fin, supongo, de ocultarlo.

(Foto de pareja y de grupo)

Como es habitual Mary dejó nuestra tarjeta la cual nos fue devuelta a los pocos días, por una pareja del Club de Montaña Los Rejos, se trata de Javier y Leyre, en el correo electrónico adjuntaban una foto de ellos en la cumbre y... ¡qué casualidad!, al primer golpe, nos recordarón mucho a la que nos encontramos en la cumbre, ellos llegaron desdeel precioso pueblo de Lois, un lugar muy especial. No alegramos de la pronta devolución, es un placer recibirla, así que.... ¡Hasta la siguientes compañer@s!

Como en la cumbre seguía haciendo una buena rasca decidimos que para comer el bocata debíamos descender un poco, buscar un poco de abrigo entre las lajas calizas, así que nos despedimos de la pareja e iniciamos en descenso en busca de un poco de calor, el cual encontramos no bajando mucho.

Tras el bocata iniciamos del descenso, para la vuelta parece que hay la posibilidad de hacer la ruta en redondo, dejarse caer, por la ladera sur, hacia la majada del Yordas y después llegar al collau para encontrarnos con otra pista que nos lleve hasta Liegos. Yo sabía que estaba difícil, lo quería intentar, pero la niebla no nos daba muchas facilidades así que decidí que el grupo tomara el rumbo de regreso por el mismo, nada de presiones, es decir, siguiendo la marcada vereda montañera que utilizamos para subir, nadie se planteo otra alternativa.

Para el regreso atravesamos, de nuevo, el bosque de Tendeña, lo cual es un verdadero placer volver, como ya todos sabemos el camino bajamos tranquilamente charrando por pareja, cada uno con su tema, así sin darnos mucha cuenta estábamos de nuevo abriendo y cerrando la metálica portilla que nos permitía abandonar el bosque e incorporarnos al balizado camino de San Pelayo.

(Portilla salida del bosque de Tendeña, ± 16,0 K / 1220 m.a. / 17:10 h.)

La conversación en el transito por el cómodo camino de San Pedro fue única, ¿por donde habrá subido la pareja?, ya que por más que excudriñábamos la verticales paredes del Yordas o Burín nos parecía imposible, y además, ¿por dónde bajarán?, a estas alturas de la tarde, si hubieran bajado por donde nosotros, nos tendrían que haber alcanzado. Esta conversación y la contemplación de vacas, caballos y rebecos fue nuestra distracción hasta el punto de inicio.

(Ya cerca de Liegos la estampa del Yordad o Burín está totalmente cubierta por las negras nubes)

(Liegos, Ayto. Acebedo, León, ± 21,0 K / 1130 m.a. / 18:30 h.)

Tras tres horas de placida bajada nos encontramos, de nuevo, en Liegos, unas cigüeñas con crias nos entrendrán otro buen rato sacandoles la mejor foto posible, esta distración fue suficiente para que la pareja surgida de la parez norte del Yordas o Burín nos alcanzara y todos nos quedáramos más tranquilos, bajaron tras nuestro, aunque no lograron alcanzarnos, ¡menos mal!, ya pensábamos que habían bajado por el mismo recorrido de subida, charramos un poco más y nos despedimos hasta otra cumbre.

(Dibujo del precio y espectacular recorrido de la jornada sobre del Google Earth)

Cerramos la guapa jornada montañera por tierras de la Mancomunidad de las Montañas de Riaño, en el cercano pueblo de Lario, donde tomamos un cefetín de despedida en un bar que al entrar rápidamente detecté la presencica de la estufa de leña prendida y, a pesar de que alguno iba en manga corta, un servidor, no se resistió a calentarse a su lado, fue una confortable manera de despedirse de un vecino y hermoso paraje, del cual siempre nos volvemos con un buenisimo sabor de boca, así que... ¡hasta la próxima!

 

JFCamina


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* Aviso: En estos documentos solo tratamos de narrar la experiencia personal vivida al realizar nuestros recorridos, los itinerarios que aquí describimos son orientativos. Queda a la responsabilidad de quien realice la ruta el tomar las medidas de seguridad apropiadas para cada dificultad, que dependerán muchas condiciones, entre ellas el estado del terreno, la altitud, la meteorología, etc... así como la preparación tanto técnica como física de las personas que realicen la actividad.